Comienza la vuelta al cole

Últimos días para terminar de perfilar la planificación deportiva y técnica de los clubes canarios de cara a la próxima temporada. Muchos son los equipos que el día uno de septiembre han regresado a las piletas con numerosas novedades, y en algunos casos, muchas dudas para afrontar la pretemporada. Otros equipos han preferido esperar al día ocho para estrenarse, coincidiendo con "la vuelta al cole". Nadadores como Thomas Holzendorf o Domingo Togores, entre otros, apenas han tenido vacaciones preparando sus citas con la selección española de otras disciplinas, como es el Salvamento Acuático. Fondistas importantes de nuestra natación, han apostado por mantenerse acudiendo a las diferentes travesías organizadas a lo largo y ancho de nuestra geografía. También la nadadora Michelle Alonso, que esta semana finalizaba su temporada, en la que ha alternado competiciones en categoría absoluta y de natación adaptada. Konrad Czerniak sigue aún en "remojo" tras su excelente participación en el Europeo de
Berlín, ahora compitiendo en la Copa del Mundo en Doha (46.51 en 100 libres o 50.55 en 100 mariposa). Descartada está la participación del mundialista con el escudo del CN Metropole en el próximo curso. Buen año el suyo. Los hay de “matrícula de honor”. 

Todavía hay alumnos (nadadores), que se agarran a la puerta del colegio (piscina) con una fuerza enorme al  no querer entrar a clase con el profesor nuevo que les han asignado. Piden cambio de profesor, pero los directores no les escuchan y hacen caso omiso. Bastantes decidirán cambiarse de colegio. Otros volverán a sus orígenes. Un debate que tiene muchos puntos de vista y que ha armado una buena en el período veraniego.

Se presenta una temporada apasionante, en la que muchos nadadores suben de categoría y se espera que sus rendimientos mejoren. Los hay que deberán consolidar su “boom” en cuanto a su excelente rendimiento pasado, pero tal vez lo que más expectación debe crear es ver quién o quiénes serán las nuevas revelaciones, sorpresas agradables con progresiones no tan esperadas. Nos gusta ver como hay deportistas que se esfuerzan “hincando los codos”, no dejando las tareas para última hora. Por desgracia, otros decaerán. En natación no hay “Rincón del Vago” que haga el trabajo por nosotros, ni  un compañero que nos eche una mano en el agua, y la función "copia y pega" no da resultado. La teoría y los apuntes los tenemos todos, pero aquí todo es una evaluación continua, sin opciones de tipo test que nos hagan factible la posibilidad de que “suene a flauta”. Vamos, que la suerte hay que trabajarla. El agua es la mejor prueba del algodón.

¿Mejorará el funcionamiento de la Federación Canaria, en cuanto a la organización  de competiciones? Pues como muchos piensan en “petit comité”, ni se les ve ni se les espera. Hemos llegado a tal grado de conformismo, que aplaudiríamos que la FCN y sus delegaciones provinciales planificaran con antelación y eficacia su calendario, sin modificaciones continuas y evitables con un trabajo previsor, sin dar la sensación de trabajar al “tuntún”, sumidos en el más profundo pozo de la improvisación. Ya les “haríamos la ola” si intentaran organizar mayor número de competiciones en algunas islas donde apenas se puede ver en acción a nadadores que necesitan con urgencia medir sus fuerzas con más frecuencia para preparar objetivos nacionales, sin tener que desplazarse a la isla redonda. (Véase el caso por ejemplo de Fuerteventura, Tenerife o Lanzarote). 

Y los espectadores, e incluso los propios deportistas, agradecerían que las competiciones tuvieran algún aliciente, no solo un trozo de medalla de diseño ya repetido. Hay veces que uno puede presenciar competiciones en otras comunidades, que dan gusto e incluso son tan atractivas en todos los sentidos, que hasta se pagaría por estar en un ambiente así. Aquí a las grandes citas regionales, les hace falta un empujón imaginativo, de marketing y de esmero, que den ganas de competir a cualquier nadador sea de donde sea. Hay que reconocerlo, por mucho que nos guste este deporte, las hay que son peores que una clase de historia leída por el profesor con el libro delante. Ley del mínimo esfuerzo. Hay algunos  que no asisten ni siquiera a clase y se olvidan de las asignaturas pendientes. Olvidemos la pizarra, y vayamos a la práctica. Mucha “mierda” y que sean pocos los que suspendan, porque en este deporte no hay exámenes de septiembre para recuperar el tiempo perdido.

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