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Natalia y Rita Pulido Foto publicada por La Provincia. Juan Carlos Castro. |
Cuando accedes por primera vez a
unas Olimpiadas eres grande, si lo consigues de nuevo, pasas a formar parte de
la historia de tu deporte y si además eres la primera mujer canaria de todos
los tiempos en asistir al evento, tu proeza te convierte en leyenda.
25 de Agosto de 1960, más de 5000
deportistas de 83 países esperan impacientes el comienzo de la ceremonia
inaugural de los XVII Juegos Olímpicos de Roma. Las ambulancias no dan a vasto,
el bochorno se hace insoportable y los sanitarios atienden a numerosos atletas
con golpes de calor. Por primera vez en la historia el mayor evento deportivo
del planeta será retransmitido por televisión en directo. Muhammad Alí, Wilma
Rudolph, Larisa latynina, Abebe Bikila se convertirán en protagonistas e inscribirán
sus nombres en letras de fuego de la historia del olimpismo.
Con apenas 15 años de edad Rita
Pulido se prepara para el momento. Nerviosa, pero inmensamente feliz hará realidad su sueño, participar en tan
magno acontecimiento y de paso convertirse en la primera nadadora canaria en
lograr tal hazaña. Su debut se produciría días después en la prueba de 100
Libre y dará paso a una de las carreras deportivas más prolíficas de la
natación española. 4 años después en Tokio, volvería a participar en unos
Juegos en los que se mediría en las eliminatorias nada más y nada menos con la
primera mujer en bajar la barrera del minuto en el hectómetro libre, la
Australiana Dawn Fraser.
En un época en el que la natación
canaria era un auténtica potencia en nuestro país (9 nadadores canarios
participaron en Roma y Tokio) Rita Pulido fue su mayor valuarte, una auténtica
pionera que con su dedicación y entrega sembró el camino para generaciones venideras en las Islas, que emularon
sus pasos y supieron hacerse un hueco en la élite nacional e internacional de
nuestro deporte. 48 veces internacional, 14 veces Campeona de España, 16
records infantiles, 31 juveniles y 31 Absolutos adornan su palmarés deportivo y
le convierten con todo merecimiento en un mito de la natación española.
Principios de los 90, la RFEN
convoca para un Stage de entrenamiento en Sant Cugat del Vallés con los mejores
nadadores del país como preparación para los Juegos Olímpicos de Barcelona 92.
Entre ellos se encuentra una nadadora
canaria que brilla con luz propia
y que cuando la ves nadar te das cuenta
de que es diferente, que posee un estilo fácil y fluido, una flotabilidad fuera
de lo común y que hace las delicias del que esto escribe. Es Natalia Pulido,
nadadora del C.N Metropole y que busca emular los éxitos de su madre en unos
Juegos Olímpicos. Tras varias concentraciones en Andorra y México fue
seleccionada en la prueba de 100 libre para los Juegos en la Ciudad Condal
donde compartió Villa Olímpica con todos los astros del deporte Mundial.
Conocer la historia de nuestros
nadadores, su alegría cuando obtienen sus conquistas, su trabajo para llegar a
conseguirlo, sus horas de preparación, sus éxitos, la soledad del reto no
conseguido, la satisfacción del trabajo bien realizado, la concentración en la
competición, el gesto del triunfo en una victoria inesperada, la decepción del
que se cree superior y es derrotado por un rival inferior, la satisfacción de
este al vencer al rival más fuerte, la recuperación del deportista olvidado,
debería ser prioritario.
Rita y Natalia, tuvieron el privilegio
de ser la única pareja madre-hija de la historia Olímpica española, pasearon el
nombre de Canarias allí donde fueron, compitieron en la misma prueba, con el mismo
entrenador (Quique Martínez), compartieron villa olímpica con los mejores
atletas del planeta, se emocionaron, vibraron y sirvieron de inspiración para
otras nadadoras. Sus legados son inmensos y difíciles de cuantificar y merecen
todo nuestro reconocimiento y admiración por sus conquistas.
Agustín Artiles Grijalba (Champi) Artículo publicado en: Swimming Point |
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